lunes, 9 de marzo de 2015

Lozano-Hemmer. 33 Preguntas por Minuto


33 Preguntas por Minuto



Año:

2000


Técnica:

21 pantallas LCD, software, computadora.


Dimensiones:

Variables


Edición:

5 copias


Colecciones:

MUSAC Museum (León), Cisneros Fontanals Foundation (Miami), Museum of Modern Art (NYC), Jonathon Carroll Collection (NYC) and private collector


Desarrollo Técnico



La obra consiste en un programa de computadora que utiliza reglas gramaticales para combinar palabras de un diccionario y generar 55 billones de preguntas únicas y fortuitas. Las que se muestran a un ritmo de 33 por minuto, en el límite lo de legible, en 21 pantallas lcd pequeñas incrustadas en la pared.


Al sistema le tomará 3000 años mostrar todas las preguntas posibles. Asimismo, a través de un teclado el público es capaz de introducir preguntas o comentar, participaciones que son mostradas automáticamente en el programa. Además, la conexión a internet de la computadora permite que sea mostradas simultáneamente en una url.


Desarrollo Conceptual



La pieza está basada en la larga tradición de la poesía automática, por ello está lleno de anti-contenido. Además, enfatiza nuestra incapacidad de responder en un panorama demandante de atención. Así, la obra se transforma en una máquina de ironía sin sentido y un poco frustrante.


El efecto de la instalación es desestabilizar a través de su velocidad y el ritmo de de las preguntas, que evade cualquier respuesta racional: no hay tiempo para reflexionar.

Para el espectador, le es imposible determinar si la pregunta fue generada por un algoritmo o escrita por un humano. La intención es generar una Prueba de Turing en Inversa, donde es imposible discriminar entre lo humano y lo maquinístico. El Test de Turing fue ideado por Alan Turing para demostrar la inteligencia de una máquina en 1950; basado en la hipotesis positivista de que si una máquina se comporta como inteligente, entonces debe serlo. La prueba consiste en un desafío. Se supone un juez situado en una habitación, una máquina y un ser humano en otra. El juez debe descubrir cuál es el ser humano y cuál es la máquina, estándoles a los dos permitido mentir al contestar por escrito las preguntas que el juez les hiciera. La tesis de Turing es que si ambos jugadores eran suficientemente hábiles, el juez no podría distinguir quién era el ser humano y quién la máquina.

La mayoría de las preguntas son absurdas como "¿Está el creador siempre naciendo?", "¿Debo cortar un matrimonio sin rima o razón?". Pero en este mundo surreal, a veces aparecen preguntas que tiene sentido en contexto expositivo como "¿Quién sobornó al artista?", "¿Por qué las computadoras se volvieron autosuficientes?"


Inspiración


Cuando a su padre le diagnosticaron cáncer terminal y se encontraba en la unidad de cuidados intensivos, no podía hablar. Entonces, Lozano debía escribir palabras en una pizarra, las que su padre señalaba; y ese hecho de tener que elegir las palabras por él fue el génesis de este proyecto.















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